El paro registrado bajó en marzo en España en 47.697. Ha sido el peor mes de marzo de los últimos cuatro años en reducción neta del desempleo. En 2017, por ejemplo, y sin coincidir Semana Santa, bajó en 48.559 registrados: “lo hizo, además, con un componente sectorial más variado, con fuerte descenso en Construcción e Industria. Sin embargo, ahora ha bajado gracias a los Servicios, con 52.905 desempleados menos que tienen una relación inequívoca con que Semana Santa ha sido en marzo. Un empleo que, según ha venido, se va”, lamenta Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de la USO.
En cuanto al número de contratos, ha caído también con respecto a 2017. Según Estévez, “esto evidencia, tanto el descenso menor del paro como de la contratación, la ralentización de la mejora económica de la que tanto hemos oído hablar y no acabamos de ver. Sin embargo, sí es positivo que, dentro de ese descenso de contratación, ha crecido la relación entre indefinidos y temporales, tanto en términos absolutos como en relación al año pasado. Pasar de 190.000 contratos indefinidos en un mes en España es algo que ya no recordábamos”.
Desde la USO “nos alegramos del crecimiento neto de afiliados a la Seguridad Social”, continúa la secretaria de Comunicación de la USO, con una media de 138.573 nuevas altas y un saldo positivo a último día laborable de 230.307 cotizantes más, “pero estos empleos siguen siendo por días. En torno a 200.000 altas y bajas se dan cada lunes: las altas de quienes solo van a trabajar cinco días y las bajas de a quien solo contratan para fines de semana. Por lo cual, acabar marzo en alza puede ser engañoso, ya que el bajón de la Semana Santa se conocerá con el dato de ayer, 2 de abril”.
La peor cara de la moneda la muestran las diferentes brechas sociales: el paro ha bajado desde 2017 el doble entre hombres que entre mujeres (-10,01% los hombres frente al -5,65% las mujeres), “un escalón de género que, a pesar de las buenas intenciones emanadas de las movilizaciones históricas del 8 de Marzo, sigue siendo la tónica del mercado laboral. Y, por otro lado, preocupan quienes están al borde de la exclusión social. 4 de cada 10 desempleados ha agotado sus prestaciones”, remata Laura Estévez.
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